Blog por y para los aficionados del mejor equipo del mundo: el ATHLETIC CLUB DE BILBAO.
jueves, 30 de mayo de 2013
IÑIGO GOGOAN ZAITUGU!
Hoy voy a escribir sobre algo que no es agradable. No es agradable, pero es necesario. Y es sobre la muerte de Iñigo Cabacas. Yo, que personalmente no le conocía, estoy profundamente indignado a medida que recojo datos de los sucedido, no me quiero ni imaginar como tienen que sentirse sus padres, su familia o sus amigos. Esto no puede quedar así. No debe quedar asi.
Este blog lo creé para que cualquier aficionado, periodista, e incluso jugador del Athletic si lo desea se exprese libremente.
Pero hoy soy yo el que quiere hablar. El que necesita hablar. El que quiere pedir justicia para Iñigo Cabacas, para su familia y amigos... El que quiere que esto jamás vuelva a suceder, pero sobre todo el que quiere que Iñigo descanse en paz para siempre, y que su familia vea que el responsable o responsables paguen ante la justicia.
La policía es un servicio público, fundamental, imprescindible, necesario, que debería defender a los ciudadanos... Se ha dicho que los agentes de la Ertzaintza sufrían una enorme presión... En cualquier caso, quien está armado hasta los dientes, con una pistola y con un casco y esta apuntando con una escopeta de pelotas de goma a la cabeza de un ciudadano desarmado, aunque cumpla órdenes, aunque no pretenda matar, solo puede ser calificado con una palabra: un miserable.
Sé que no soy absolutamente nadie para pedirlo, pero quizás sea necesario que gente anónima, como yo, lo haga. Porque lo hago de corazón. Sin intereses, ni personales ni políticos.
Y quizás a este gente anónima como yo nadie nos haga caso ni nos lea, o quizás si, o quizás toque la fibra de algún mandamás que por simple casualidad lo lea justo cuando iba a utilizar este articulo impreso en un papel para limpiar agua derramada y lo iba a tirar a la basura. Quizás lo lea, y piense que algo va mal. Que así no se puede funcionar. Y quizás le dé por hacer una llamada y comentárselo a algún amigo bien posicionado de la política. Y quizás ese amigo le diga que no siga ni se meta en problemas. O quizás piense que merece la pena continuar. Y haga otra llamada. Y esta cadena llegue a quien tenga que llegar. Y mueva los mecanismos necesarios para agilizar todo el proceso y por fin se encuentre a los responsables y paguen por ello.
Y quizás, solo quizás, su familia y amigos y yo mismo, podamos pensar que su muerte no fue en vano, que por lo menos sirvió para que, a parte de que no vuelva a pasar, hagamos un mundo mejor. Porque Iñigo, por lo que sé, era un soñador. Pues soñemos en su nombre que todo es posible. Se lo debemos.
DEP IÑIGO CABACAS LICERANZU
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